Puyi, el último emperador de China

Me encanta la película de Bertolucci, «El último Emperador«. Es un filme estupendo, la primera película que contó con la autorización del gobierno chino para filmar en la Ciudad Prohibida y demás escenarios reales. Es con este último emperador que terminan siglos y siglos de emperadores chinos, así que cuando estemos visitando el palacio recordemos su increíble y trágica historia.

El último emperador de China se llamó Puyi y nació en 1906 en Beijing. Era de origen manchú y al cumplir los tres años fue proclamado emperador con el nombre de Xuantong aunque su padre fue quien ejerció el gobierno durante todo su reinado. Nacido con increíbles privilegios sufrió como ningún otro noble el cambio radical en la historia de su patria. Primero, fue la revolución republicana de 1912 la que lo obligó a abdicar y a vivir recluido en el palacio con una pensión estatal.

Allí vivió, detrás de los muros de la enorme ciudad, de 1912 a 1924. En 1917 fue restablecido en el trono apenas por 12 días pero al finalizar esos días turbulentos fue expulsado finalmente de Beijing en 1924 y en lugar de tomar asilo en alguna embajada de países occidentales, Puyi aceptó la protección de los japoneses y se mudó a la ciudad ocupada por ellos, Tianjin hasta 1932.

Lo cierto es que este fue un emperador sin poder alguno, marioneta de los intereses cruzados de chinos y japoneses, un hombre que estaba destinado a ser el último portador de un título que otrora le hubiera dado el poder del mundo. En aquella época los japoneses tenían intenciones imperialistas y querían quedarse con el control de Asia, así que lo nombraron Emperador de Manchuria o Manchukuo, pero como antes, no era más que un títere político y se valió la aversión de los chinos al, en cierta forma, legitimar la estadía japonesa en tierras chinas.

Finalmente la Unión Soviética invade Manchuria, depone su triste gobierno y Puyi termina en una prisión comunista por diez años, hasta que sale en 1959. Para entonces era un hombre cansado, solitario y algo viejo al que durante su encarcelamiento siempre habían tratado como traidor a la patria. Después de haber sido un dandy de fiesta en fiesta cuando era más joven, lo cierto es que el último emperador de China murió como jardinero y archivista en Beijing en 1967.


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